Una Gaditana al otro lado del charco, Brasil #GaditanosFueraDeCadiz

Hoy os contamos la experiencia de María, una gaditana de 27 años que vive desde hace 3 al otro lado del charco, en Brasil. Nos ha enviado su historia y nos ha encantado, un alma libre dispuesta a conocer mundo pero siempre con un pedacito de Cádiz en la «recámara». Si también queréis enviarnos vuestra historia, para compartirla en la sección «Gaditanos Fuera de Cádiz«, podéis contactar con nosotros a través de este email: hola@cadizdiferente.com. ¡Os dejamos con la historia de María!

María, entre gaditanismos e brasileiradas

Para mi la vida tiene más sentido cuando uno viaja. Conocer, aprender, ver, oler y sentir diferentes culturas y lugares del mundo siempre lo consideré una manera de crecer y entender al ser humano en su conjunto. Por ello, aunque mi corazón es gaditano me considero una mujer del mundo. Este último año he estado en seis países diferentes. Si me preguntáis cual es el motivo por el que me fui, es este: crecer como ser humano.

Hace tres años cuando partí, justo había terminado la carrera, por aquel entonces vivía en Madrid y la verdad ya estaba bastante cansada de la capital. De repente en una conversación de amigos apareció la idea de viajar a Brasil de vacaciones y pensé, ¿por qué no?. Hice maletas y crucé el charco. Me planté en Río de Janeiro, la ciudad maravillosa. Fue un amor a primera vista e inevitablemente me quedé prendada. Una semana antes de volver a España, viendo el atardecer en un rinconcito de piedras de la playa de Ipanema, decidí quedarme. Fue tan importante aquello que sentí que llevo las coordenadas tatuadas en mi piel.

Por suerte encontré trabajo en una productora de multimedia española y tres días antes de volverme hice la gran llamada a mis padres: “Papá, Mamá, me quedo en Brasil”. Mis padres conocen ese espíritu libre que me supera y me dieron todo su apoyo. Hoy después de tres años vividos con muchísima intensidad, puedo decir que mi corazón se ha convertido en una mezcla de «gaditanismos e brasileiradas».

Cosas que se echan de menos en Brasil

Actualmente estoy completamente feliz, viviendo con mi chico enamorada hasta las trancas, en una casa preciosa, con unos amigos que me llevo para toda la vida y con un calorcito irresistible. Pero obviamente hay cosas que se echan de menos.

Familia y amigas, gente a la que quiero

En primer lugar la familia. Tengo tres herman@s pequeños que son los soles de mi vida y es lo que más me mata de lejos. Sus sonrisas, sus abrazos, sus genialidades, el brillo de sus ojos. Sara, mi otro yo; Guillermo, mi superhéroe; y Daniel, mi torbellino sonriente.

Las siestas con mi madre tocándome el pelo y las eternas conversaciones en casa después de comer. Tomar una copa de vino cocinando con mi padre, el olor de su coche o el tacto de sus manos. Desayunar churros con mi abuela y ver como se maquilla los labios.

Mi pandilla de amigas y las locuras que hacemos juntas. Las risas, los lloros, los bailes, las charlas, los cafelitos.

Las cosas de mi tierra, Cádiz

Y por ultimo, pero no menos importante, las cosas de mi tierra, Cádiz. Los molletes para desayunar, los chicharrones con limón, el aceite, el vinagre, el queso payoyo, el tinto de verano, el pescaito frito. Los atardeceres en la playita con un paquetito de pipas, las vueltecitas por la viña, los días bajo el sol de las playas de los caños.

Hay costumbres que es inevitable seguir desde lejos, como actualmente, la fiesta sagrada del carnaval que sigo por internet. O las comidas, hago mis pucheros y potajes.

Todas estas cosas sé que, cuando quiera ir a buscarlas, puedo ir a por ellas. Sin embargo no es tan fácil vivir experiencias así de intensas en distintas partes del mundo siempre. Creo que es muy importante vivir etapas fuera y abrir la mente ante otras formas de vida. Es una de las maneras de poder hacerte más tolerante y entender que tu cultura no tiene porque ser la mejor, si no diferente. Y, para mí, en lo diferente está lo bello.