Ruta Castillos y Fortalezas Marítimas de la provincia de Cádiz (I)
Desde Cadizdiferente.com siempre nos ha gustado dar ha conocer la provincia de Cádiz mediante la temática de las rutas, ya que consideramos que es una manera divertida y muy autodidacta de conocer los rincones de nuestra provincia. Hasta ahora hemos realizado artículos sobre la ruta de los pueblos blancos, rutas por los diversos BIC de la ciudad de Cádiz, ruta de las playas de Cádiz en las que no da el levante y varias rutas para recorrer en bicicleta la provincia de Cádiz, pero hoy queremos centrarnos en una muy especial. Una ruta por los Castillos y Fortalezas de Cádiz.
¿De qué se compone la ruta de los Castillos y Fortalezas de la provincia de Cádiz?
La necesidad de defensa de la provincia de Cádiz, sometida desde la antigüedad a todo tipo de invasiones por su situación estratégica entre dos continentes, nos ha legado un amplio catálogo de construcciones militares: castillos, torres, fortalezas, baluartes y alcázares que salpican prácticamente la totalidad de la geografía gaditana.
Junto a las fortalezas medievales perfectamente integradas en los conjuntos urbanísticos, se suceden por el interior solitarios castillos y torres estratégicamente situadas sobre atalayas roqueras desde las que divisar el peligro. Por otro lado en la costa se dibujan torres almenaras, baluartes y castillos del litoral que sirvieron de vigilancia permanente ante el riesgo de invasiones marítimas. El enorme catálogo de arquitectura militar con que cuenta la provincia posibilita la organización de diversas rutas con distinta amplitud.
Nosotros clasificaremos los diversos recorridos existentes en dos grandes grupos de rutas, cada uno con la misma duración, 2 días, ideal para practicarlo en una escapada de fin de semana o de puente en la época que nos encontramos. Básicamente los dos grupos son: La Ruta de las defensas marítimas y La Ruta de los castillos de frontera e interior. En el articulo de hoy nos centraremos en la Ruta de las Defensas Marítimas. Desde Sanlúcar de Barrameda hasta Tarifa.
Ruta de las Defensas Marítimas. Desde Sanlúcar hasta Tarifa
La ruta comienza en la localidad de Sanlúcar de Barrameda. Debido a su estratégica situación en la desembocadura del Guadalquivir, que determinó la defensa de la entrada del río y el acceso fluvial a Sevilla. Este sistema de fortificación estaba constituido por los castillos del Espíritu Santo (s.XVI), el de San Salvador del puerto de Bonanza y el más importante, el castillo de Santiago (s.XV), levantado por el Duque de Medina Sidonia. De estilo gótico y ubicado en la parte más alta de la ciudad, es una imponente fortaleza de planta cuadrada con torres también cuadradas. Desde esta fecha y hasta 1645 funcionó como fortaleza ducal y por él pasaron personajes ilustres que recalaban en Sanlúcar por su posición de puerto de salida hacia el Atlántico. Desde Isabel la Católica, que vio por primera vez el mar en su visita a la ciudad hasta Colón que al parecer durmió en él antes de zarpar desde la ciudad para uno de sus viajes. El castillo es un monumento de Cádiz visitable.
La siguiente parada del camino nos lleva a la localidad de Chipiona, una villa marinera situada con un castillo declarado Bien de Interés Cultural (BIC), mandado a construir por Guzmán el Bueno en el s.XIV. Es de planta cuadrada, totalmente almenado y tiene ventanas ojivales y una torre cuadrada. Destacamos también la visita que podemos realizar a su Faro, el más alto de España (69ms.), reconstruido sobre las ruinas del antiguo faro romano, es de 1867, donde podremos disfrutar de las maravillosas vistas.
La ruta nos lleva hasta Rota, puerto comercial desde época fenicia, ha sido declarada conjunto histórico, con un trazado urbano de calles con casas blancas, antiguos arcos, y bellas plazas. Esta ciudad cuenta con el Castillo de Luna declarado Bien de Interés Cultural, erigido en siglo XIII por Guzmán el Bueno sobre un antiguo ribat árabe del siglo XI, fue residencia de la familia Ponce de León y tuvo un gran protagonismo en la defensa de la Bahía de Cádiz. Posee una planta rectangular con cinco torreones almenados. Alberga un patio original del siglo XV con una bellísima galería arcada y zócalos pictóricos; se conservan también restos de las murallas de los siglos XII al XV, como la Puerta de Regla o Chipiona, la de Sanlúcar, la Puerta del Mar.
Descendiendo por la costa llegamos El Puerto de Santa María, a orillas del río Guadalete, ciudad que por su situación geográfica ha recibido a todas las culturas, prueba de ello es que existen unos valiosos restos arqueológicos en el poblado de Doña Blanca de los siglos X al III a.C., que en épocas posteriores también albergó un castillo medieval de construcción mudéjar y del que queda sólo una torre. Pero el verdadero castillo es el castillo de San Marcos (ss.X-XIV), mezquita árabe en su origen y más tarde iglesia fortificada de la que narró Alfonso X en sus famosas «Cantigas» las circunstancias milagrosas de su edificación.
Y llegamos a la ciudad de Cádiz con su complejo sistema de fortificaciones construidas a partir del siglo XVI debido al saqueo de 1596 y destinada a preservar la ciudad de futuros ataques, sobre todo de piratas, que el intenso comercio con las Indias había despertado. El sistema defensivo gaditano está compuesto de robustas murallas y baluartes que rodean el perímetro urbano casi totalmente y que comprende:
Las Puertas de Tierra: Puerta de entrada al centro histórico de la ciudad. En el siglo XVI se construyó la primera muralla en esta zona, en 1574 se realizó una ampliación para protegerlo con dos semibaluartes a cada lado, el de San Roque y el de Santa Elena. En el siglo XVIII adquirió su fisonomía definitiva. Para la fachada que conduce al interior de la ciudad se construyó un pórtico de mármol a modo de arco de triunfo. El Torreón de Puerta de Tierra fue construido a finales de 1850 para que sirviera como la torre de la «Línea de telegrafía óptica de Andalucía», que podía enviar mensajes desde el Ministerio de la Gobernación en Madrid hasta Cádiz, en casi dos horas.
El Baluarte de San Roque de 1594, que formaba parte del Frente de Tierra. Este frente está constituido hoy día por las Puertas de Tierra y los semibaluartes adosados a ella, el de Santa Elena, que ocupa el solar de una ermita de la que heredó su nombre y éste de San Roque, cuyo nombre también se debe a la existencia de una ermita en el lugar. El baluarte de San Roque era el punto de partida para el frente Sur.
Sí seguimos el recorrido, nos encontramos con el Campo del Sur, que bordea el casco antiguo y permite contemplar los baluartes defensivos, de Capuchinos de 1672 y el Baluarte de los Mártires, que fue construido en 1676 siendo declarado Bien de Interés Cultural en 1993 por la Junta de Andalucía.
Ya en la playa de La Caleta observamos dos fortalezas, el castillo de Santa Catalina de los ss. XVI-XVII, de planta pentagonal, que forma una estrella de tres puntas en el lado que da al mar, con una puerta flanqueada por dos semibaluartes y un foso. Actualmente es un centro cultural dedicado a exposiciones, conciertos, etc, por lo que está abierto para visitas.
El segundo castillo en la playa de la Caleta, el de San Sebastián terminado en el siglo XVIII, está frente a la playa en un islote comunicado por un pequeño malecón, que según la tradición clásica se encontraba un templo dedicado a Baal, dios fenicio asociado a Kronos. Tiene su origen en 1457 cuando un grupo de venecianos se encontraba refugiado en él debido a una epidemia de peste, y donde ya existía una torre atalaya de época musulmana. En 1613 se reconstruye la torre y en 1706 se empieza a construir el castillo.
Continuando el recorrido por Cádiz llegamos a la Alameda Apodaca, con el Baluarte de Candelaria situado frente a la iglesia del Carmen, se construyó en 1672 por orden del gobernador de la época con objeto de proteger la entrada del puerto de la ciudad; rehabilitado en varias ocasiones debido a los efectos del mar, hoy es un centro de actividades culturales. Al final de la Alameda se encuentran el baluarte y las murallas de San Carlos, construido en 1784, contenía 55 bóvedas y protegía la entrada del puerto.
Desde Cádiz nos dirigimos a la localidad de San Fernando, donde podemos ver El Castillo de San Romualdo, de ascendencia musulmana y sencilla construcción de planta rectangular con patio central y el de Sancti Petri (siglo XVIII),situado en la mitológica isla del mismo nombre, donde estuvo el templo al dios Melkart, cierran las defensas de la Bahía de Cádiz por su límite suroriental.
Continuando la línea costera nos encontramos, en el término de Conil de la Frontera, con una sucesión de torres Roche, Castilnovo, La Atalaya… que ayudaban con sus señales de fuego, humo o artillería a defender la zona de asaltos de toda clase. Del castillo conileño que mandase edificar Guzmán El Bueno en el siglo XVI aún permanece airosa, aunque muy transformada la que fuera su Torre del Homenaje, de planta cuadrada y coronamiento almenado.
De Conil pasamos a Vejer, situada sobre una pequeña colina, presenta un conjunto fortificado que se adaptó a la difícil orografía del terreno sobre el que se asienta la localidad. Las murallas vejeriegas se encuentran flanqueadas por las torres del Mayorazgo, de la Corredera o de las Castrillones, y la de San Juan; siendo sus puertas las denominadas de Sancho IV, de la Villa, Cerrada y la de la Segur. En la parte más elevada de la población, el vigilante castillo, de planta rectangular con tres torreones y patio de armas, conserva su única puerta de acceso fechada en el siglo XI.
La necesidad de defender las actividades pesqueras y las almadrabas obligó a la construcción de refugios fortificados junto a la costa. El castillo llamado de la Almadraba (siglo XVI), en Zahara de los Atunes, cerca de Barbate, donde también proliferan las solitarias torres almenaras de El Tajo, Caños de Meca y Cabo de Trafalgar, es una clara muestra de este tipo de edificaciones cuyo interior estaba concebido, además, cómo una factoría en la que los chanqueros preparaban el producto de la pesca antes de remitirlo a los diferentes mercados.
Llegando al final de la ruta nos encontramos con Tarifa, por su estratégica situación en el Estrecho de Gibraltar, llegaría a jugar un papel determinante desde el mismo momento de la llegada de los musulmanes a la Península, con un recinto amurallado y un soberbio castillo, que llegaría a alcanzar fama legendaria debido a la heroica gesta protagonizada por Guzmán El Bueno, cuyo nombre pasaría desde entonces a nominar a la fortaleza y concretamente a la torre albarrana donde ocurrió el hecho histórico. El Castillo de Guzmán El Bueno conserva su cinturón de murallas, torreones y puertas ofreciendo una estructura constructiva de entre las mejor conservadas de Europa que es reflejo de la clásica arquitectura militar desarrollada durante la etapa califal.
